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La mayoría de las hipotecas gallegas se firman a tipo variable por lo que están más expuestas a la subida del euríbor

El euríbor, indicador más usado en España para fijar los tipos de interés de las hipotecas, terminó el 2005 en el 2,783%. Después de tres años en valores mínimos, en los que el Banco Central Europeo mantuvo en el 2% el precio del dinero, el panorama cambió de forma brusca. El órgano emisor comenzó a elevar la referencia oficial y, como consecuencia, el euríbor encadenó una serie de subidas que aún no han cesado. En marzo alcanzó el 3,105% y en junio, el 3,401%. Las familias, ignorando las posibles consecuencias, continuaron contratando créditos variables.

Préstamos cuyas cuotas aumentarán de forma notable si la tasa continúa su escalada alcista. Los más expuestos serán los firmados en las dos Castillas, Galicia, Murcia y Madrid, donde la apuesta por el euríbor superó con creces la media.

Los últimos datos disponibles de los registradores de la propiedad revelan que en el segundo trimestre de este año apenas una de cada 100 hipotecas se firmó a tipo fijo. Un porcentaje exiguo si se tienen en cuenta los constantes mensajes de alerta lanzados por instituciones nacionales e internacionales. Entidades como la Comisión Europea, el Banco de España o el Fondo monetario Internacional advertían del imparable recorrido al alza del euríbor, que en ese periodo se tomó como referencia en el 84,4% de los casos. El aumento del tipo se mantenido (hoy supera ya el 3,8%) y no hay visos de que se contenga, con lo que, salvo sorpresas improbables, las futuras revisiones obligarán a pagar más.

Pero frente a esa media, el volumen de hipotecas rubricadas en algunas regiones superó el 89%. El mayor riesgo se asumió en Castilla-La Mancha, donde el porcentaje alcanzó el 93%, en Galicia (92%), Madrid (91%), Castilla y León (89,6%) y Murcia, con un 89,09%. En el extremo opuesto, Cataluña, donde 'sólo' se firmaron 72 de cada 100 créditos referenciados al euribor. Un pequeño margen del que también disfrutarán los contratos de Andalucía (81,8%), Asturias (84,7%) y La Rioja (85,4%).

El elevado precio de la vivienda (la compra de un piso en las condiciones actuales exige de media el 45% salario bruto) hizo que las entidades financieras alargaran los plazos de las hipotecas. Surgieron contratos a 35, 40 e, incluso, 50 años, a los que los compradores se 'agarraban' para poder comprar un piso. Sin embargo, los registradores aseguran que el alza de tipos ha hecho que la variable tiempo ya no sea útil, pues los intereses a pagar son tan altos que ya no compensa. Un fenómeno que ha cobrado especial intensidad en el último año. Si en marzo de 2005 el plazo medio era de 24 años y 10 meses, doce meses después había aumentado a 26 años y tres meses.

La mayor duración la presentan las cajas -que son líderes del sector con el 56% del nuevo crédito-, cuyo plazo medio ha superado por primera vez los 27 años al ascender a 328 meses. Tras éstas, los bancos, con 318 meses. El periodo de vida de las hipotecas es ya superior a los 25 años en toda España. Como en los tipos, también esta variable presenta extremos relacionados, como es lógico, con el precio de la vivienda. Los contratos más largos son los de Madrid (28 años y ocho meses) y los más cortos, los de Asturias (25 años y seis meses).
R.