Adega denuncia que 27 piscifactorías gallegas carecen de permisos para verter al mar y que nadie controla sus emisiones
La asociación ecologista Adega afirmó que un total de 27 piscifactorías radicadas en la costa gallega funcionan "desde hace años" sin permiso para realizar sus vertidos al mar y criticó a la Xunta porque "nadie controla estas emisiones, muy contaminantes". En rueda de prensa, el secretario executivo de este colectivo, Fins Eirexas, explicó que están evaluando la posibilidad de presentar una denuncia ante la Fiscalía por estos hechos, tanto contra las empresas como contra la Administración autonómica. Argumentó que "es evidente que se está incumpliendo la ley", que establece la obligatoriedad de tener la autorización de vertidos, por lo que el Gobierno gallego "podría estar cometiendo prevaricación, aunque eso lo dirá el fiscal", aclaró.
Así, acusó a Augas de Galicia, ente responsable en la materia, de tener un "mero afán recaudatorio", ya que "sólo se limita a cobrar el canon por emisión y reconoce que no tiene capacidad para controlar los vertidos". "El presidente de este organismo admite su incapacidad para hacer su trabajo, así que pedimos su dimisión", enfatizó Eirexas.
Fuentes de la Consellería de Medio Ambiente confirmaron a Europa Press que, actualmente, los permisos están en trámite y reconocieron que no hay un plazo fijado para su resolución. Además, alegaron que su filosofía es la de, en primera instancia, "colaborar" con las empresas para "ayudarlas a cumplir la normativa". Así, este departamento señaló que "están en esa fase" de colaboración también con las piscifactorías, para que mejoren sus equipos de depuración. De hecho, sólo evalúan la posibilidad de sancionar a las empresas acuícolas si fracasa este primer paso.
Por otra parte, Adega presentó un estudio con análisis de las emisiones realizadas por estas plantas acuícolas, "que echan al mar cientos de millones de metros cúbicos de aguas contaminadas". Según Eirexas, este informe "desmiente la información aportada por la patronal, que dice que el agua que vierten es tan limpia como la que recogen del mar". "Es un insulto a la inteligencia de los gallegos", aseveró. De este modo, explicó que laboratorios de las universidades de A Coruña e Santiago han analizado muestras recogidas a la salida de los colectores de la piscifactoría de Quilmas, en Carnota. "Demuestran el altísimo grado de contaminación, superando ampliamente los límites establecidos por la directiva europea", indicó.
Según los datos presentados, el contenido total de materia orgánica por litro sobrepasa 69 veces lo impuesto por ley, mientras que los sólidos en suspensión totales lo hacen en 125 veces. Además, detallan que en los vertidos se encuentran restos de sustancias químicas -ácidos, sulfatos-, piensos e incluso los antibióticos que se le administran a los peces. En este sentido, otro miembro de Adega, Fiz Fernández, advirtió que este hecho supone "un problema de salud pública" y argumentó que la ingesta sistemática de antibióticos "provoca que las bacterias se acostumbren y los medicamentos pierdan eficacia".
Los ecologistas acompañaron sus denuncias con una serie de fotos en las que muestran las aguas vertidas al mar. En ellas, se pueden apreciar bancos de mújoles a la espera del "maná de sopa boba" que, según Eirexas, sale de las tuberías de las plantas acuícolas. Además, Adega amplió su crítica a la "afectación" que los vertidos provocan sobre otros especies de peces y de algas. De hecho, un marinero de Quilmas intervino para atestiguar que, en los últimos años, "se están perdiendo algunas clases de peces y de argazos, en los que se extraían mariscos como los centollos".
Por todo ello, Fins Eirexas apostó porque el nuevo plan acuícola, en fase de elaboración, "no copie el modelo de la anterior Xunta" y se ajuste "a criterios de sostenibilidad ambiental y social".
En esta línea, señaló que las futuras plantas "no deben estar sobredimensionadas, deben contar con sistemas de depuración y no deben recibir subvenciones de la Administración, porque generan poquísimos puestos de trabajo", que cifró en cerca de 350, "por los 16.000 de la pesca tradicional", apostilló. Así, cuestionó la necesidad de las piscifactorías y defendió la pesca tradicional, aunque también reconoció que en ésta "hay problemas de sobreexplotación", a los que el propio sector "tiene que decir basta ya". "Hay que apostar por la calidad y no por la cantidad", sentenció.
Así, acusó a Augas de Galicia, ente responsable en la materia, de tener un "mero afán recaudatorio", ya que "sólo se limita a cobrar el canon por emisión y reconoce que no tiene capacidad para controlar los vertidos". "El presidente de este organismo admite su incapacidad para hacer su trabajo, así que pedimos su dimisión", enfatizó Eirexas.
Fuentes de la Consellería de Medio Ambiente confirmaron a Europa Press que, actualmente, los permisos están en trámite y reconocieron que no hay un plazo fijado para su resolución. Además, alegaron que su filosofía es la de, en primera instancia, "colaborar" con las empresas para "ayudarlas a cumplir la normativa". Así, este departamento señaló que "están en esa fase" de colaboración también con las piscifactorías, para que mejoren sus equipos de depuración. De hecho, sólo evalúan la posibilidad de sancionar a las empresas acuícolas si fracasa este primer paso.
Por otra parte, Adega presentó un estudio con análisis de las emisiones realizadas por estas plantas acuícolas, "que echan al mar cientos de millones de metros cúbicos de aguas contaminadas". Según Eirexas, este informe "desmiente la información aportada por la patronal, que dice que el agua que vierten es tan limpia como la que recogen del mar". "Es un insulto a la inteligencia de los gallegos", aseveró. De este modo, explicó que laboratorios de las universidades de A Coruña e Santiago han analizado muestras recogidas a la salida de los colectores de la piscifactoría de Quilmas, en Carnota. "Demuestran el altísimo grado de contaminación, superando ampliamente los límites establecidos por la directiva europea", indicó.
Según los datos presentados, el contenido total de materia orgánica por litro sobrepasa 69 veces lo impuesto por ley, mientras que los sólidos en suspensión totales lo hacen en 125 veces. Además, detallan que en los vertidos se encuentran restos de sustancias químicas -ácidos, sulfatos-, piensos e incluso los antibióticos que se le administran a los peces. En este sentido, otro miembro de Adega, Fiz Fernández, advirtió que este hecho supone "un problema de salud pública" y argumentó que la ingesta sistemática de antibióticos "provoca que las bacterias se acostumbren y los medicamentos pierdan eficacia".
Los ecologistas acompañaron sus denuncias con una serie de fotos en las que muestran las aguas vertidas al mar. En ellas, se pueden apreciar bancos de mújoles a la espera del "maná de sopa boba" que, según Eirexas, sale de las tuberías de las plantas acuícolas. Además, Adega amplió su crítica a la "afectación" que los vertidos provocan sobre otros especies de peces y de algas. De hecho, un marinero de Quilmas intervino para atestiguar que, en los últimos años, "se están perdiendo algunas clases de peces y de argazos, en los que se extraían mariscos como los centollos".
Por todo ello, Fins Eirexas apostó porque el nuevo plan acuícola, en fase de elaboración, "no copie el modelo de la anterior Xunta" y se ajuste "a criterios de sostenibilidad ambiental y social".
En esta línea, señaló que las futuras plantas "no deben estar sobredimensionadas, deben contar con sistemas de depuración y no deben recibir subvenciones de la Administración, porque generan poquísimos puestos de trabajo", que cifró en cerca de 350, "por los 16.000 de la pesca tradicional", apostilló. Así, cuestionó la necesidad de las piscifactorías y defendió la pesca tradicional, aunque también reconoció que en ésta "hay problemas de sobreexplotación", a los que el propio sector "tiene que decir basta ya". "Hay que apostar por la calidad y no por la cantidad", sentenció.
R.